EL LISSITZKY. La experiencia de la totalidad.
La Pedrera - 21.Octubre - 18. Enero.2015
Lo primero que piensas cuando vas ver la exposición de Lissitzky es qué han querido decir las mentes creativas que la titulan 'la experiencia de la totalidad'. ¿Es una referencia velada al totalitarismo soviético de los soviets, de Malevich, de Stalin? Porque sus contribuciones a la tipografía y su influencia sobre la Bauhaus y De Stijl son muy conocidas, pero de considerar los Proun, los proyectos arquitectónicos, las fotos y las revistas comunistas una experiencia de la totalidad, es como algo que le queda grande.... no es Leonardo, ni Picasso, ni un artista "total"....
Lo siguiente que te viene a la cabeza tras ver lo disciplinado y riguroso que se mostró hasta el final, y lo airoso que salió de las numerosas purgas y de los Gulag stalianianos, es el papel qué desempeñó con y para el régimen, en esos años tan oscuros y difíciles. Respecto a esta cuestión, la comisaria de la exposición:
Oliva María Rubio asegura que no se conoce ninguna manifestación pública
de El Lissitzky contra el régimen pese a las depuraciones y condenas a
muerte masivas que se estaban produciendo mientras él seguía entregado
al arte. “Puede que tuviera alguna dificultad”, responde Rubio, “pero
nada relevante. Creo que prefirió ponerse unas orejeras y desconectar”. (El País, 24.06.2014)
Pues esto es, tras la lógica influencia de su arte, lo más importante que debería tratarse en una muestra así, al menos en un epílogo explicativo... porque aunque algunos hemos tenido nuestras etapas de estudio sobre la influencia de Einsenstein y Vertov y el devenir de la historia en esos tiempos, supongo que muchas personas lo desconocen o son muy jóvenes para haberlo estudiado. Es una exposición aparente, que trata del diseño, de los Proun, de las fotografía y de la tipografía y la edición.
En un alarde de optimismo, la muestra tiene un audiovisual que pretende congregar masas:
En el caso del día festivo en que la visité, no se sentó nadie durante la hora y media que estuve alli. Pero además, en un rincón pasan el largometraje íntegro de Dziga Vertov de El hombre con la Cámara, ahí es nada, ¡Una hora y media en banco duro sin respaldo y sin banda sonora...! La verdad es que no entiendo muy bien los criterios de los audiovisuales en la muestra...
Respecto a los contenidos, para un profano en la historia de la URSS y en los tejemanejes del arte soviético, no hay mucha contextualización, ysupongo que para los turistas que pasan por allí mientras bajan de ver a Gaudí ya les parece bien una historia así, como
kistch. Un audiovisual sobre la Revolución Rusa y la hegemonía de los Soviets, así como los rasgos más característicos del realismo soviético, hubieran sido excelentes para salir de allí con más conocimientos y una opinión más formada.
Pero no todo es malo en la exposición. Hay una reproducción fiel de una sala con
Prouns según la diseñó para una Exposición que resulta muy aleccionadora:
Y resulta muy fascinante la confección de la propaganda impresa, que recuerda mucho la influencia que tuvo el diseño soviético aquí, durante el gobierno de la segunda República y durante la Guerra Civil:
También los textos del Catálogo parecen muy interesantes, pero como siempre en este tipo de eventos, se cuida poco al cliente, y así, está a un precio exagerado, lo que provoca que más de uno lo busquemos dentro de un tiempo en el Mercado de San Antonio a precio de saldo, seguramente varias docenas de los que se regalan a autoridades y conocidos seguirán pronto su ruta hacia el mercadillo.
En resumen, una exposición bien montada pero justa en sus contenidos y en su rigor expositivo, tanto de introducción y contextualización como de pragmatismo político y de epílogo inexistente.... bueno, no del todo ya que La Pedrera (nueva dirección, ya se sabe) ha aprovechado el estilo Lissitzky para sus propios parabienes: